lunes, 8 de octubre de 2007

3.3. Instrucciones Adicionales

Locke despierta tumbado en medio de la selva... y no puede usar su voz. Desde el cielo parece recibir un aviso poco amigable en forma del bastón de Eko cayendo sobre él, mientras la figura de un Desmond desnudo y desorientado le ronda entre la maleza: Se trata del resultado de la implosión que se produjo en la estación Cisne tras el accionamiento de la llave de seguridad; los tres personajes implicados en aquella situación son presentados (aunque de muy diversa manera) en esta primera secuencia del capítulo.

Locke se ha quedado sin habla. Esta situación recuerda al Eko que decidió no decir ni una palabra durante 40 días. Quizás también ahora el ex-paralítico está aquejado de una culpabilidad que debe expiar. Recordemos que sus últimas palabras de la temporada anterior fueron: “me he equivocado”, mientras que un poco antes afirmaba creer estar salvando a todos mientras destrozaba el ordenador. Probablemente al despertar, sorprendido por encontrarse aún vivo, le ha atenazado un profundo sentimiento de arrepentimiento por su gran error: por malentender las orientaciones de la isla en relación con la Perla, por enfrentarse equivocadamente a Eko incitando a que éste se pusiera en peligro, por forzar lo que parecía un sacrificio definitivo de Desmond. Sumido en esta situación anímica Locke decide ponerse en contacto con la fuente de su espiritualidad, la isla, para recibir instrucciones adicionales, y lo hace por medio de un ritual que aprendió en otros tiempos, un ritual en el que uno, con la ayuda de sustancias alucinogénas, trata de averiguar cuál es su misión dentro de una comunidad.

Locke ha perdido el habla por haber dejado de creer en su misión (recuerda a Zacarías, el padre de Juan Bautista, que perdió el habla temporalmente por su falta de fe); puesto que ha perdido el norte (“eleva tus ojos y mira hacia el norte, John”, le dice el bastón de Eko) se le retira la capacidad de comunicarse con los demás, de orientarles. Por eso es por lo que John entiende que lo primero que debe hacer es buscar la reconciliación con su entorno, con la isla y con su propio ser, antes de preocuparse por todos y cada uno de los amigos que están en este momento en peligro. Locke debe reencontrar primero su propio camino, redescubrir quién es. En el episodio 2.21 había creído entender que su vida era algo lamentable y sin sentido, y buscando de nuevo ser útil e importante se propuso terminar con la extraña misión de pulsar la tecla del ordenador. Al reconocer que esta idea suya era errónea, no cae en la desesperación sobre su persona, sino que vuelve a reencontrar la fe y su sensación de destino al reencontrarse con la isla.

Un primer paso es acercarse a Charlie, a pesar del resentimiento de éste, volver a demostrarle que confía en él. Y un segundo paso es solicitar a Boone que le perdone, cuando la imagen de su joven aprendiz se le ofrece como guía en una extraordinaria visión, en la que de alguna forma Locke relee su relación con la isla desde el principio. Locke, de nuevo paralizado, es llevado en su silla de ruedas a recorrer el aeropuerto de partida. Desde su posición de impotencia, aunque ayudado y guiado por Boone, observa a sus compañeros, a los miembros de los que luego serían su nueva familia, aquella comunidad a la que está llamado a pertenecer y a servir, incluso a orientar, si es que vuelve a recuperar sus habilidades (el habla y el uso de sus piernas). Charlie, Claire y Aaron están bien de momento; Sun y Jin sufren algún tipo de conflicto, pero Sayid les acompaña y cuida de ellos. Hurley se encuentra tras el mostrador de Oceanic con acceso al ordenador, quizás porque es el que cuenta con una información extra es representado en la persona a la que debe acudir cada pasajero para recibir las instrucciones de lo que debe hacer en el aeropuerto. Poco después Locke ve bajar a Desmond por una escalera mecánica con uniforme de copiloto y rodeado de azafatas. Desmond se une a la comunidad de una manera diferente, no es un pasajero esperando para volar sino que proviene de otro vuelo que él mismo dirigía. Más en concreto, tras la implosión de la estación Cisne, Desmond está en proceso de descenso desde un nivel superior, literalmente aterrizando, situación que parece otorgarle los medios para “ayudarse a sí mismo”. Locke es la persona que está buscando la manera de acceder a ese nivel superior con el que ha perdido contacto, y por eso Boone le deja al pie de una escalera mecánica ascendente. Sólo llegando arriba podrá descubrir de nuevo su misión y su destino, pero se le presenta como una tarea penosa desde su posición en la silla de ruedas. La escalera mecánica es sin embargo el instrumento facilitador de esta tarea. Aunque semidesnudo e imposibilitado de usar sus piernas, Locke activa su fuerza de voluntad, abandona su silla de ruedas y toma este medio especial de elevación para subir de nivel y reencontrar así su norte (en el bastón ensangrentado de Eko) y su verdad: sus manos están ensangrentadas, ha hecho daño a Boone y ha hecho daño a Eko, pero le es dado el don de reparar sus errores (al menos en el caso de Eko). El reconocimiento de su culpa y su compromiso con la reparación de su error dan fin a la paralización y al bloqueo de sus capacidades: Locke puede volver a hablar y a caminar, y reactivando sus habilidades como rastreador y cazador asume la tarea de liberar a Eko del animal que le ha capturado. Ha vuelto el Locke que se encuentra en la isla como en su propio terreno y sabe qué es lo que tiene qué hacer. Aunque tras su experiencia previa, sabe ahora que su discernimiento puede fallar y que no debe arrastrar a los demás en pos de él con tanta seguridad en sí mismo, si no quiere ponerles en peligro. John advertirá a Charlie una y otra vez, que le deje ir solo, que no debe arriesgarse a ir con él.

En la visión del aeropuerto John había visto también a Kate y a Sawyer, esperando en una fila para pasar ante el sondeo del agente de seguridad: momento que afrontaba en ese momento Jack ante el mismísimo Ben Linus (aún ‘Henry Gale’ para nuestro atribulado protagonista). Locke se hace consciente del peligro en que están sus amigos, y de alguna manera se siente responsable de ellos, pero una pared de cristal le separa de ese lugar, por lo que entiende que su rescate no es la tarea que debe afrontar de momento.

Sin embargo, tras encontrarse con Hurley en la selva y de este modo enterarse del secuestro llevado a cabo por los Otros, Locke sentirá que esa es claramente su próxima misión. Convicción que se ve reforzada tras su éxito en el rescate de Eko, lo que también le hace recobrar de nuevo el respeto y la amistad de Charlie. Superada la reparación de su desaguisado, John se plantea ya asumir el rescate de los tres cautivos, misión que le es extrañamente confirmada por boca de su inconsciente amigo. Pero no sólo John y Eko han participado de esta extraña toma de conciencia de la pendiente misión de rescate, sino que también Desmond, desde una cierta posición privilegiada (recordemos su uniforme de copiloto y su descenso desde un nivel superior en la visión) ha captado esta decisión. A él le ha sido dado presenciar de forma anticipada el discurso de Locke a los supervivientes de la playa.

Uno tras otro se van reincorporando a la comunidad: Charlie y Locke traen a Eko herido, Hurley acompaña a Desmond de vuelta a la civilización prestándole su camiseta. Con la implosión de la estación los tres personajes han cambiado: Locke, tras todo su proceso de reconciliación, ha reencontrado su destino como cazador y una misión; Eko, que estuvo dispuesto a lo que fuera necesario para salvar a todos en la crisis del Cisne, ha sido rescatado con vida y llevado al campamento. Desmond, también dispuesto a entregar su vida, tras un misterioso proceso en el que perdió su ropa y ganó ciertas capacidades nuevas, trata de reencontrarse a sí mismo y su lugar en esta nueva situación. Charlie y Hurley, siempre disponibles a ayudar a los demás, son testigos de todos estos acontecimientos mientras tratan de entender qué es lo que está pasando. El episodio termina centrando la imagen en Desmond, señalando así al nuevo misterio que este personaje alberga, mientras Hurley, sorprendido, imagina en él extraños poderes.



Pistas para adentrarnos en los entresijos de estos temas:

- Locke recuerda en su pasado una ocasión en la que había sido utilizado en contra de su voluntad por su excesiva credulidad hasta llegar a poner en peligro a su ‘familia’. Se ofreció entonces en seguida a reparar el daño causado, lo que en aquella ocasión significaba matar al que había acogido como joven protegido. Su conciencia estaba sin embargo alerta y le advirtió a tiempo de que esta ‘reparación’ producía aún más daño del que trataba de evitar. Locke sigue cayendo una y otra vez en conflictos internos muy complicados debido a su relación familiar con personas que actúan fuera de la ley, como le había ocurrido con su padre. Su deseo de ser querido, de pertenecer aalgo, de colaborar siendo uno más dentro de una comunidad se ve traicionado una y otra vez cuando escoge pertenecer al grupo inadecuado.

- Un análisis del proceso de reconciliación por el que pasa Locke en este episodio ofrece ideas interesantes. Se reconcilia con los compañeros a los que ha hecho daño, tanto recientemente (Charlie y Eko) como en el pasado (Boone), pero también se reconcilia con su entorno físico (la isla) y con un poder superior (que en su caso es el extraño poder de la isla al que ha otorgado su fe). Tras haber cometido tan grave error sus capacidades están bloqueadas y requiere de esta sanación a todos los niveles de su existencia. Ante este tipo de situaciones en que se ha hecho daño a una persona o a una comunidad, no es suficiente con admitir el error y quizás justificarlo, diciendo que se hizo por mejor. No es suficiente con racionalizar que en el fondo quizás fue mejor así, pues en el caso de Locke realmente al final libró a todos de la esclavitud de pulsar la tecla del ordenador. Se ha producido un desequilibrio interno en la persona, en su relación con los demás, con la naturaleza y con el ámbito espiritual, y por eso es necesaria la reconciliación a todos esos niveles.

- Sin embargo a esta serie le encanta presentar una y otra vez los problemas desde puntos de vista opuestos. El principio “repara el desaguisado que has preparado” parece una máxima adecuada para este tipo de casos: si has puesto a alguien en peligro tienes que ayudarle a recuperarse aún arriesgando tu vida si es necesario. Pero esta misma máxima es la que casi le lleva a matar al joven Eddie. A la máxima le falta un criterio de verdad: asegurarse de cuál es el verdadero daño cometido y cuál es la verdadera reparación requerida. Es la razón por la que muchas veces se necesita recurrir a una tercera persona, a alguien de conciencia rectamente formada que pueda ayudar a discernir correctamente el proceso de reconciliación. Tampoco es adecuado quedarse sin hacer nada pensando que es difícil discernir, pues, como se ha simbolizado tan claramente en el caso de Locke, la situación le estaba bloqueando, imposibilitando que pudiera ejercer sus capacidades para poder asumir el papel que le corresponde en esta comunidad.

- Los fenómenos psico-relacionales que hemos mencionado tienen su parte también en el sacramento cristiano de la penitencia o reconciliación, aunque como tal sacramento este proceso añade una gracia especial de Jesucristo que además del perdón obra una transformación en la persona capacitándola para ser mejor y adecuarse más a lo que está llamada a ser. El sacramento produce un efecto que puede ser simbolizado por una curación (como la que recibe Locke al recuperar el uso de sus piernas y del habla). Del mismo modo encontramos muchas veces en los evangelios cómo Jesús asocia a sus curaciones las palabras “tus pecados te son perdonados”: la curación física simboliza la curación psicológica y espiritual que produce el perdón de Dios.

Amparo
Editado el 17-10-2007 a las 15:20 para añadir algunas matizaciones.
Editado el 25-10-2007 a las 0:05 para hacer pequeñas correcciones.

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