Y es que Sawyer se unió a Smocke porque éste le dijo que le sacaría de la isla, y no le acaba de gustar el tener que esperar tanto. En un diálogo aparte su inquietante líder le explica que puede defenderlos del Humo Negro porque el monstruo es él, y le comenta que necesita sus dotes de supremo timador para una misión en la Hydra. El momento en que Smocke muestra a James la isla pequeña desde la playa recuerda a aquel momento en que Ben le comunicó que aunque era un buen estafador los Otros le superaban (especialmente él), mirando precisamente hacia este lugar desde el otro lado del brazo de mar que separa a ambas islas. Obviamente nuestro Anti-Jacob intenta manipular a James adulando sus oídos, ya que tras haber utilizado magistralmente a Ben se ha ganado el título de mentiroso número uno de la isla, y será difícil arrebatarle el puesto.
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Sawyer coge una canoa y parte para aquella isla en la que estuvo encerrado durante más o menos una semana hace tres años (¿llegó a volver por allí alguna vez durante su etapa de jefe de seguridad de Dharma?), probablemente inconsciente del peligro que corre todo el que navega en canoa por estos lares ya que sabemos que en algún momento aparecerán los viajeros en el tiempo disparando desde otra canoa hacia atrás, y en aquella refriega al parecer Juliet alcanzó con sus balas a alguien...
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Al llegar a la pequeña isla investiga lo que fue la estación zoológica de Dharma, revisando el estado de las jaulas y encontrando en ellas el vestido floreado de Kate. Los recuerdos se agolpan entonces en su ser, recordando lo agobiante de aquella situación y lo preocupado que llegó a estar por su compañera, dispuesto incluso a morir por ella. Y es que en aquella época su pecosa lo era todo para él, su primer gran amor, amor que fue precisamente consumado entre aquellos barrotes...
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Las memorias de sus penurias en el pasado le impulsan aún más a investigar a fondo sobre el avión ese de Ajira que Smocke le ha comentado (curiosa ironía que se encuentre en la pista de aterrizaje que él mismo contribuyó a construir con Kate durante sus trabajos forzados), y probablemente se sorprende de encontrarlo tan enterito (este Lapidus, que es un hacha), con lo roto que acabó su avión de Oceanic. Y tras encontrar una pila de cadáveres da con una superviviente... ¿o no? Resulta que esta isla tan pequeña guarda aún otro medio de transporte: el submarino de Widmore, quien al parecer ha tomado la Hydra como centro de operaciones. No sabemos si Widmore y su gente son los responsables de la matanza de supervivientes (no creo que los mataran Ilana y los suyos antes de irse de allí), pero ya que se está preparando con unos buenos postes sónicos portátiles parece que su verdadero enemigo es Smokey, enemigo que, según deduce de su conversación con Sawyer, ha tomado recientemente la forma humana de Locke.
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Y ahora es cuando Sawyer, avezado en ardides, inicia su “re-con” o estafa doble, prometiendo ayudar a Widmore (a cambio de ser evacuado de allí junto a los suyos), pero contando a su vuelta exactamente todo el plan con Wdmore también a Smocke, de forma que lo que espera es que mientras se enzarzan estos dos a batallar entre ellos él pueda encontrar la manera de hacerse con el submarino y escapar con Kate (también ha prometido a Jin que los sacará de la isla, a él y a Sun). No sabemos si Kate, al escuchar estos planes de boca del propio James, habrá pensando en llevarse con ellos también a Claire o no, por mucho que la rubita haya acudido antes de buenas maneras a pedirle perdón abrazándola acongojada. Kate tiene aún mucho que aclararse con respecto a esta chica, a la que de verdad siempre había querido mucho, pero ¡ha cambiado tanto! Ahora lo difícil será que los futuros evacuados vayan a tener en cuenta para sus planes de escape a Sayid, pues ni siquiera sabemos si todavía queda algo de nuestro querido iraquí en el impertérrito ‘infectado’ que les acompaña...
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A pesar de las sutiles revelaciones que este episodio nos ha deparado en su narrativa sobre la isla (extraño estado de Sayid, problemas maternos de Smokey, desarrollo de la relación Claire-Kate, planes de Widmore y Zoe, cabina cerrada con candado en el submarino...), encuentro mucho más interesante los acontecimientos que nos ha presentado en la realidad ‘x’: la pareja de polis de Los Angeles que hacen x-James y x-Miles no está demasiado alejada de su pasado como agentes de seguridad de la Iniciativa Dharma.
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Este otro James (en esta realidad no se llama Sawyer) viaja de incógnito desde Sydney, y aparte de advertir a Hurley en el avión que se cuidara de posibles timadores (en consonancia con su oficio de poli) rehúsa detener a la fugitiva Kate en aquel ascensor de LAX (en discordancia con este mismo oficio), debido quizás a que no quería que nadie de la policía le relacionara con ese aeropuerto, en un día en que se suponía que estaba en Palm Springs (o más bien, me parece a mí que sentía una extraña atracción por esa chica que no le resultaba en ningún modo indiferente y por eso se prestó a ayudarla, aparte de que la vocación de poli la tiene un poco extraviada). Pero aunque detenta un oficio totalmente opuesto a aquel de timador con que le conocimos, James ha viajado a Australia con un propósito similar al de su otro yo: seguir una pista del famoso Sawyer que en su día timó a sus padres haciendo que su familia sufriera una terrible tragedia. Y la pista le indica el nombre de Anthony Cooper, nombre que anda rastreando en relación con un acontecimiento en Alabama, ocurrido en 1976.
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Y con esto tenemos confirmación de que el pasado de Sawyer, de 1977 hacia atrás, sigue siendo el mismo de siempre. Su padre disparó a su madre y luego se suicidó, dejando al chaval huérfano y totalmente traumatizado. Lo que no sabemos aún es si apareció Jacob en los funerales para prestarle un boli (y alcanzar a rozarle los dedos) o no.
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Hasta ahora no habíamos tenido confirmación alguna referente a un pasado tan lejano, pues las discrepancias de Jack, Sayid y Locke (que x-Jack tenga un hijo adolescente, que x-Nadia se casara con el hermano de x-Sayid o que x-Locke no parezca odiar a su padre y esté a punto de casarse) se deben a acontecimientos más recientes. Otra cuestión es la referente a la realidad ‘x’ de los que estuvieron en la isla, ya sean Dharmitas u Otros. Si en el mundo normal la realidad de siempre y la ‘x’ discurren igual hasta el momento del Incidente (1977), en la isla los efectos del surgimiento de esta nueva realidad repercuten mucho tiempo atrás. Considerando que la isla se encuentra algo desgajada del espacio-tiempo normal, encontramos que, puesto que en la realidad ‘x’ el avión de Oceanic llegó en 2004 sin accidente alguno a Los Angeles, la historia de la isla, en cuanto a lo que se refiere a dicha x-realidad se diferencia de la historia isleña que conocemos en todas aquellas ocasiones en las que intervinieron los viajeros en el tiempo, ya que ahora (al no haber ido éstos nunca a la isla) no tendrán ocasión de hacerlo.
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Una primera ocasión sería cuando saltan al pasado remoto en el que la estatua aún estaba en pie. La única señal que dejan entonces tangible en la isla es la cuerda (de un futuro pozo) que se queda asomando en el terreno tras haber sido traída al pasado por Sawyer (algunos fans dicen que esa cuerda quedaría allí como señal de la localización subterránea de la rueda del tiempo, por lo que facilitaría el descubrimiento de la misma a los futuros Otros). Otra ocasión fue cuando en 1954 los viajeros se encuentran con Richard, Ellie y Charles, de modo que Locke le comenta su fecha de nacimiento al inmortal consejero Otro y Daniel le dice a su joven futura madre que esa bomba debe ser enterrada. Podemos por tanto suponer que en la x-realidad John no recibe de niño visitas de un extraño individuo, y que la bomba no fue convenientemente enterrada. Sin embargo la Iniciativa Dharma se instaló en la isla (como nos ha comentado Roger) y es de suponer que tanto Linus como Chang trabajaron un tiempo allí, de forma que Ben pasó allí algunos años de su infancia y Miles nacería en la isla, al igual que Charlotte (ambos son amigos ahora en Los Angeles, trabajando ella con el padre de Miles en un museo). Más difícil es entender de dónde ha salido Ethan Goodspeed, pues daríamos a su madre Amy por muerta si Sawyer y Juliet no la hubieran salvado del ataque en el que murió Paul en 1974. Sin embargo la propia existencia de Ethan parece confirmar que el primer marido de su madre murió por aquellas fechas, pero ella no (sea porque en el fondo aquellos Otros no se hubieran propuesto matarla, o porque la salvara un oso polar, o porque la actividad de la bomba no enterrada haya cambiado suficientemente la historia como para que ella no llegara a morir en esa refriega, o, en fin, sea porque el destino se busca sus maneras de corregir el curso de los acontecimientos para que ciertas cosas necesarias lleguen siempre a tener lugar). Además baby x-Ethan debió tener suerte con que hubiera un médico a mano cuando le llegó la hora de nacer.
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Finalmente podemos deducir que x-James, x-Miles, x-Jin y x-Juliet no pasaron tres años en Dharmaville como agentes de seguridad ni mecánica de furgonetas (respectivamente), ni x-Jack, x-Hurley, x-Kate y x-Sayid llegaron como por arte de magia en 1977 volviendo aquel mundo del revés, con el disparo al pequeño x-Ben, ni x-Daniel anduvo investigando en Ann Arbor para volver con la enrevesada idea de explotar la bomba para poder salvar a su Charlotte. Nada de eso ha pasado, de modo que, sin que Ben hubiera sido disparado (ni perdido su inocencia en el Templo) parece que Roger decidió en algún momento que debían irse de allí. Y quizás por el peligro de las excavaciones de Radzinsky (o de la bomba no convenientemente enterrada) se produjera una evacuación de la isla (con al menos los Chang, Charlotte y Ethan) antes de que se produjera la catástrofe que terminó con la misma hundida en el fondo del océano.
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El caso es que encontramos a un Miles Straume (¿por qué lleva ahora el apellido de su madre, si su padre siguió con ellos?) viviendo feliz en un mundo donde se lleva bien con su padre (¿o es un padrastro?), tiene una novia formal y se dedica a la honrada profesión de policía en vez de andar sacando el dinero a las pobres gentes con su extraño don de vidente (¿o es que ahora no tiene ese don?) Como compañero de James, y desconociendo su secreto, se preocupa por él citándole a ciegas con Charlotte, para ver si asienta un poco la cabeza (“...porque no querrás ‘morir solo’ ¿verdad?”, dice citando a medias el conocido lema de Jack cuando les lideraba en la isla...)
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Y efectivamente James y Charlotte parecen caerse bien y terminan la noche acostándose juntos en casa de él, aunque sin el aliciente del látigo de Indiana Jones, (¡vaya! otra vez será...), cuando la arqueóloga estropea la cuestión hurgando de más en un cajón del armario. El terrible secreto de James se encuentra escondido entre la ropa dentro de una carpeta rotulada con el nombre “Sawyer” (lo que nos recuerda a aquella carpeta roja que tenía Richard Alpert sobre él). James echa a la curiosa pelirroja de su casa, pues no está dispuesto a abrir sus más profundos recovecos interiores ante nadie aún, y tras el rapapolvo que le echa su colega en la oficina (donde x-Liam nos ha servido de testigo de que la historia de x-Charlie también sufre ciertas discrepancias con su historia anterior), y la ruptura de su propia imagen en el espejo (en señal del profundo autodesprecio que siempre ha embargado a este hombre), sólo encuentra algo de relax en la serie favorita que veía de pequeño, quizás cuando sus padres aún vivían, en un episodio en el que Charles Ingalls aseguraba a la pequeña Laura que las personas queridas nunca se irían del todo de su lado.
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No sabemos si fue la incipiente confianza que llegó a despertarle Charlotte (a quien confesó que se hizo poli por no hacerse delincuente), o el deseo de recuperar a Miles como compañero, o la influencia televisiva de La Casa de la Pradera, pero el caso es que James parece hacer un esfuerzo por cambiar y acude con una flor a disculparse ante la arqueóloga (quien pasa de volver a tener nada con él), para después confesar ante Miles su pasado y sus intenciones con respecto a Cooper. Nos encontramos aquí con un importante paso en positivo, con cierto deseo de redención (ya que admite que Miles hará bien en disuadirle de sus planes). Es un camino mucho más positivo de lo que nunca llegó a estar nuestro James “Sawyer” Ford (ni nuestra Ana-Lucía Cortez, que como policía del mismo Los Angeles –cualquier día se la encuentra por ahí– tramó su venganza personal contra su atacante sin contar para nada con la posible ayuda de su madre ni de su compañero de patrulla).
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Pero si hasta ahora, que sepamos, el destino no ha conseguido que la hermosa flor de girasol (ni el LaFleur más asentado y responsable) llegaran a manos de la dulce x-Juliet, el universo consigue, al parecer sin mucho esfuerzo, que la x-pecosa acabe de nuevo atrapada entre unos barrotes frente a este hombre. Situación que parece resultarle a ambos extrañamente familiar... ¿Habrá encontrado el casi redimido poli a la mujer de sus sueños, capaz de entender los ocultos entresijos de su corazón casi con sólo mirarle, de forma que finalmente le permita olvidar sus fantasmas del pasado para poder ser plenamente feliz, o se ha topado desafortunadamente con la gran lianta metomentodo que únicamente le traerá nuevos quebrantos? Ya no nos quedan muchas semanas para descubrir cómo acaba todo esto en el esperado episodio final...
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